sábado, 9 de enero de 2016

El Conflicto de Ucrania 3: La Guerra del Donbass

Mientas se estaban desarrollando los acontecimientos en Crimea, en la zona conocida como Donbass, formado por las regiones de Donetsk y Lugansk, y en la región de Járkov se estaban produciendo grandes concentraciones populares en apoyo a la citada península, el rechazo a las políticas europeístas y un acercamiento mayor a Rusia.
Manifestación prorusa en Donetsk.
 Hay que recordar que estas regiones forman parte de la zona más rica de Ucrania gracias a una industria minera muy desarrollada. Industria que depende de Rusia, con la que hace frontera, al ser está el principal país a la que se exportan los productos desarrollados en la zona. Además, la mayoría de la población habla el ruso y guarda unos estrechos lazos con dicho país. Tras la destitución de Yanukóvich, considerada por ellos como un golpe de estado, un gran número de personas salieron a la calle para defender esas relaciones que veían en peligro.

Durante las manifestaciones se produjeron graves sucesos que acarrearon la muerte de varias personas. El día 13 de marzo se produjeron disturbios en la ciudad de Donetsk, que acabo con la muerte de 1 ciudadano defensor de la unión con ucrania y otro proruso y varios más resultaron heridos. Al día siguiente se produjeron fuertes enfrentamientos entre la policía y los prorusos, incitados por los disparos de grupo de extrema derecha defensores de la unidad de Ucrania. La jornada acabó con dos fallecidos y cinco heridos y cerca de 40 fueron detenidos.

Con la llegada de abril y viendo como el gobierno ucraniano era incapaz de reconducir la situación en Crimea y que la anexión de la península a Rusia era algo que ya no se podía evitar, las fuerzas prorusas del Donbass y Jarkov se vieron con una situación propicia para intentar seguir el mismo camino. En Donetsk varios manifestantes entraron en un edificio gubernamental del gobierno regional y proclamaron la República Popular de Donetsk. En Jarkov, un grupo de diputados del parlamento regional asumieron el control de la región proclamando la República Popular de Jarkov. Por su parte, Lugansk siguió los pasos de Donetsk siendo manifestantes los que tomaron edificios gubernamentales aunque, en este caso, con la toma de rehenes y llevando consigo bombas y armamento para defender la posición.


La recién creada República de Donetsk decidió formar una milicia a la que denominaron como “Ejercito Popular” para luchar por esa independencia. A su vez, buscaron el apoyo de Rusia para que se convirtiera en su proveedor de ayuda militar y fuera su voz en las interlocuciones con el bloque opositor formado por Estados Unidos y la Unión Europea.


La creación de esta milicia, junto con el hecho de que el gobierno ucraniano inició una operación armada para recuperar el control de la Región de Jarkov, puede considerarse como el inicio del enfrentamiento armado.


Durante los primeros días del conflicto armado en el este de Ucrania, del 12 al 16 de abril de 2014, los insurgentes llevaron a cabo la toma de edificios gubernamentales en varias ciudades del este del país. En la región de Donetsk se tomaron por la fuerza la sede del ayuntamiento, la comisaría y el edificio de la fiscalía de la ciudad de Sloviansk, se produjeron ataques con armas de fuego en las ciudades de Kramatorsk y en Krasni Liman contra las comisarías de la policía local y se destruyeron torres de comunicación móvil en diferentes localidades. En Mariúpol miles de personas salieron a la calle pidiendo la creación de una república independiente en el este de Ucrania, de las cuales muchas de ellas asaltaron y tomaron por la fuerza el ayuntamiento. En Yenákiievo se tomaron las sedes de la fiscalía, la policía local y el ayuntamiento, izando en todas ellas la bandera de la República Popular de Donetsk. A las ya mencionadas, se le sumaron otras localidades de la región de Donetsk quedando prácticamente toda la región en manos de los prorusos.


Al mismo tiempo que sucedía lo anteriormente narrado, en otras ciudades del este se llevaron a cabo manifestaciones y levantamiento de barricadas. En Járkov, a causa de la creación de la República Popular de Jarkov en los primeros días del levantamiento, muchos ciudadanos defensores de la unidad de Ucrania salieron a la calle para reivindicarla, a lo que los prorusos contestaron con una manifestación paralela. Decisión que provocó grandes enfrentamientos en la ciudad con resultado de varios ciudadanos heridos y multitud de detenidos por la policía. En esta misma localidad, milicias prorusas intentaron tomar por la fuerza el ayuntamiento. El alcalde decidió responder a este ataque sumándose a las reivindicaciones de los asaltantes, apoyo al referéndum de independencia y a la amnistía para los manifestantes encarcelados.
Separatista frente a unionista.

Además de en Járkov, en Odessa y en Dnipropetrovsk se produjeron manifestaciones multitudinarias, aunque en estos casos defendían una Ucrania federal y no tanto la independencia de la región en cuestión o la unión con Rusia.


Ante la situación de inestabilidad y de enfrentamientos en el este del país, la presidencia y el parlamento de Ucrania iniciaron una contraofensiva contra los insurgentes empezando por la región de Donetsk y continuando por el resto de localidades con edificios gubernamentales controlados por los insurgentes. En un primer momento, los soldados ucranianos pudieron recuperar el control sobre la ciudad de Kramatorsk, pero tras la gran cantidad de ciudadanos que les increparon a su llegada, varias unidades se pasaron al bando proruso y, con ellos, material armamentístico.


Como sucedió en Crimea, las dificultades de los cuerpos policiales de recuperar el control de la zona por sus propios medios propicio que el gobierno ucraniano buscara la resolución del conflicto mediante un acuerdo internacional. De esta manera, se inició una cumbre en Ginebra con los representantes ucranianos y los rusos en el que Estados Unidos realizó la intermediación. Como resultado, se llegó a un acuerdo en el que Rusia se comprometía a desarmar las milicias prorusas de Donetsk y Ucrania, por su parte, a llevar a cabo una reforma de la constitución hacia la vía federal. Este acuerdo no satisfizo a los rebeldes de la zona del Donbass, los cuales, por medio de su portavoz, Alexander Gnezdilov, afirmaron que no renunciarían a su lucha hasta que el presidente de Ucrania dimitiera y el parlamento se disolviera al considerarlos golpistas. Además, indicaron que ellos no tenían por qué cumplir lo pactado al no haber participado en la cumbre de Ginebra (hay que recordar que le pidieron a Rusia que fuera su representante internacional a la vez que le pidieron ayuda militar para llevar a cabo el levantamiento).
Representantes de todos las partes en la cumbre de Ginebra.

La tregua, que se había acordado mientras se llegaba a un acuerdo entre todas las partes, se rompió a las pocas horas cuando unos hombres armados abrieron fuego contra un puesto de control proruso cerca de Sloviansk en Donetsk, con un saldo total de 2 asaltantes y 3 prorusos muertos. No hubo reconocimiento oficial sobre quien perpetro el ataque pero, es de entender, que si no fueron los propios militares ucranianos, si pudieron ser miembros de las asociaciones ultra nacionalista ucranianas que estaban haciendo ruido en la zona este del país.


A raíz de este enfrentamiento, los rebeldes de Lugansk, región vecina de Donetsk, decidieron establecer un cuartel militar mediante el cual se controlarían las operaciones llevadas por las milicias prorusas, profesionalizando así al “ejército popular” que se había creado durante los primeros días del levantamiento proruso.


Por su parte, las fuerzas armadas ucranianas retomaron las acciones armadas para recuperar las ciudades bajo control rebelde. Antes de la llegada del mes de mayo, ciudades como Sviatoguirsk y Mariúpol cambiaron de bando y la ciudad de Artémivsk fue defendida de los asaltantes prorusos.


Ante la pérdida de dichas posiciones y los desajustes que hubo en la defensa de la ciudad de Sloviansk que, aunque repelieron el ataque de las fuerzas ucranianas, no aseguraron las posiciones para evitar ataques futuros sobre la ciudad, el gobierno de la República Popular de Donetsk llamó a una movilización masiva de todas las milicias prorusas para defenderse de los ataques ucranianos. Por su parte, Vladimir Putin llamo al gobierno provisional de Kiev como “junta militar” al usar a las fuerzas armadas contra ciudadanos desarmados.


Ante esta situación de guerra, la OSCE (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa) decidió mandar a unos observadores militares para conocer la situación real de las zonas que se encontraban bajo el conflicto. El autobús donde eran transportados hacia Ucrania fue secuestrado por las milicias insurgentes de Sloviansk. El Alcalde de la localidad, proruso, aseguró que sólo serían liberados si se intercambiaban por presos de su bando.
Miembro de la OSCE en Ucrania.

La OSCE decidió mandar a nuevos observadores internacionales para negociar la puesta en libertad de los secuestrados, que no resultaron fructíferas. El gobierno alemán instó a los rebeldes a soltar a los rehenes sin imponer condiciones, a lo que se negaron, afirmando que no lo iban a hacer al tratarse de posibles espías de la OTAN. Las personas recluidas no fueron puestas en libertad hasta el día 3 de mayo.


Mientras que los Estados Unidos y Rusia se acusaban mutuamente de estar enalteciendo los enfrentamientos armados en la zona este de Ucrania, los enfrentamientos continuaron.


La región de Lugansk fue el principal foco de las acciones exitosas de las milicias prorusas durante los últimos días de abril y comienzos de mayo de 2014. Lograron tomar el edificio de la administración del gobierno regional y el ayuntamiento de la localidad de Pervomainsk. A su vez, ciudadanos de la localidad de Schastie apresaron a más de 20 miembros de fuerzas policiales afines al gobierno de Kiev, siendo entregadas al gobierno de la República Popular de Lugansk.


En la ciudad de Donetsk manifestantes prorusos asaltaron la sede de la fiscalía de la localidad provocando que la bandera la bandera de la República Popular ondeara en el edificio al final del día.


Antes estas acciones, miembros del gobierno provisional de Ucrania declararon que las fuerzas del orden eran incapaces de controlar la situación en las regiones de Lugansk y Donetsk y que, como medida necesaria, reinstauraban el servicio militar obligatorio.


A principio de mayo del 2014, se produjeron las dos primeras operaciones militares por parte de Ucrania de gran calado dentro del conflicto.


La primera de ellas se produjo el 2 de mayo en la localidad de Sloviansk controlada por las fuerzas prorusas. Las fuerzas ucranianas atacaron de madrugada con 20 helicópteros y vehículos blindados. Hay que recordar que, además de los milicianos, vivían civiles. Los milicianos construyeron barricadas para impedir el paso a los blindados y derribaron varios helicópteros del ejército ucraniano (dos para el gobierno central y cuatro para los rebeldes prorusos). La ofensiva se frenó gracias a la cadena humana que formaron una gran cantidad de civiles que impidió el paso y al repliegue de los milicianos por los distintos barrios de la ciudad, impidiendo que los leales al gobierno de Kiev entraran en ella.
Helicótero ucraniano derribado.

Ante esta primera ofensiva, el gobierno ruso y su delegado permanente en la ONU aseguraron que cualquier posibilidad, por pequeñas que fuera, de que el pacto de Ginebra llegase a buen puerto el gobierno ucraniano le había puesto fin.

La segunda operación se realizó en la localidad de Kramatorsk ubicada en la región de Donetsk. La ofensiva de los reservistas ucranianos fue frenada por los civiles y los milicianos de la ciudad en un primer momento, pero, llegada la noche, los casi 10 tanques que llevaron a la ciudad, así como los propios soldados ucranianos, abrieron fuego por sopresa contra los ciudadanos desarmados. La acción produjo la muerte a 10 civiles y muchísimos más heridos.


En los días siguientes se produjeron asaltos, de menor intensidad a lo mencionado anteriormente, en las ciudades de Kramatorsk, Mariúpol, konstantinovka y en el poblado de Andréevka. En todas ellas se encontraron con situaciones similares a las que se han mencionado anteriormente, civiles que se unen a los milicianos para frenar las ofensivas del ejército ucraniano. Además, se reinició la ofensiva contra Sloviansk. Estas acciones acarrearon la muerte de 27 personas, de los cuales 20 eran civiles y más de un centenar resultaron heridos.


Rusia, como contestación a las operaciones llevadas a cabo por el gobierno de Ucrania, aconsejó a los dirigentes de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk posponer la realización del referéndum de independencia emplazado para el 11 de mayo. A Petro Poroshenko, por entonces candidato a la presidencia de Ucrania y ahora Presidente, se mostro favorable a esta iniciativa rusa al considerar que daría tiempo para negociar una pacificación de la zona. Por su parte, las repúblicas populares se negaron a llevarlo a cabo.


Mientras que en el parlamento de Ucrania se debatía sobre la situación en el este del país, con expulsión del pleno de los representantes del partido comunista incluida, se preparaba una de las ofensivas más sangrientas de la contienda.


El 9 de mayo de 2014, el ejército ucraniano atacó, tras varios asaltos previos infructuosos, la ciudad de Mariupol. Los reservistas, junto con saldados de infantería, atacaron con lanzagranadas la sede de la policía local, controlada por los partidarios prorusos, y dispararon contra los civiles que protestaban en la calle. La acción produjo la muerte de 20 civiles y de un soldado ucraniano. Al día siguiente, los leales al gobierno ucraniano abandonaron la ciudad, tras fracasar en su intento de controlar la ciudad debido al empuje de los milicianos y los civiles que se encontraban en la localidad.
Soldados ucranianos en Mariúpol.

Como se ha mencionado anteriormente, el día 11 de mayo se realizaron referéndums en las regiones de Lugansk y Donetsk. En varias localidades los soldados ucranianos intentaron cerrar colegios electorales pero, la firme intención de los ciudadanos de participar en la votación, acabó por desbaratar estas acciones. En la localidad de Krasnoarmiisk, un civil fue asesinado por las ráfagas de disparos realizados por los soldados ucranianos al verse rodeados por los ciudadanos que protestaban por la ocupación del colegio electoral.


Los ciudadanos de ambas regiones apoyaron, por mayoría aplastante, la independencia de sus respectivas regiones. Los dirigentes de las autoproclamadas repúblicas remitieron a los dirigentes rusos la posibilidad de una anexión a la Federación pero que, a diferencia de lo sucedido con Crimea, no les dio una respuesta inmediata y se limitó a dejar abierta la posibilidad.
Ciudadanos participando en el referéndum de Donetsk.

Ante la posición de Rusia, Las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk se instaron a iniciar las negociaciones para formar un estado bajo el que unir ambas regiones.


Los días posteriores continuaron con ataques ucranianos a las posiciones de las milicias rebeldes como llevaban haciendo desde hacía algún tiempo. Los enfrentamientos más relevantes se produjeron en las localidades de Donetsk, Starovarvarivka, Energodar, Oktiábrskoye y Sloviansk, todos ellos infructuosos pero que provocaron la muerte de tres civiles, 7 soldados ucranianos y varios milicianos resultaran heridos. Además, continuó el problema de las deserciones en el bando ucraniano, muchas veces ocasionada por un sentimiento proruso pero otras muchas al rechazo de muchos soldados a enfrentarse contra civiles que protestaban e, incluso, se enfrentaban a ellos con los pocos medios de los que disponían.


El suceso que cobró más relevancia política fue el atentado realizado contra el gobernador de la República Popular de Lugansk, que resultó herido por un disparo realizado a larga distancia. Se desconoce al autor de este ataque pero la opción más probable es que lo perpetrasen miembros del Sector Derecho, milicia y partido político de corte neonazi y pro ucraniano, que ya habían realizado ataques similares tanto en esa región como en Donetsk. El gobernador, Valeri bolotov, fue llevado a Rusia para tratarse de las heridas sufridas. A su regreso, en un puesto fronterizo con la región de Lugansk fue secuestrado por soldados ucranianos y liberado horas después por más de cien milicianos de la República de Lugansk.


Antes estos sucesos mencionados, se le unió la llegada de la fecha límite que había indicado los insurgentes para que las tropas ucranianas abandonaran el territorio de ambas repúblicas, el 15 de mayo de 2015, que el gobierno ucraniano desoyó por completo. 5 días después, el Parlamento de Ucrania aprobó un memorando para lograr la paz en la región, en el que se comprometía a aceptar como idiomas oficiales el ruso y las otras minoritarias, la amnistía para los presos prorusos y el repliegue de sus tropas con la única condición de que entregasen las armas todos los milicianos. Los gobiernos de las regiones no aceptaron esta condición al entender que no se podía ignorar el resultado de los referéndums, y al desconfiar de las verdaderas intenciones de los gobernantes ucranianos.


El gobierno ucraniano, ante la negativa, lanzó un ataque contra posiciones ocupadas en la región de Lugansk, cuyo foco principal tuvo lugar en la localidad de Lisichansk, donde los ucranianos mataron a 4 milicianos e hirieron a 16. Como contestación, milicianos prorusos ocuparon varias minas de carbón que estaban todavía en manos del estado ucraniano.


El 24 de mayo en Donetsk, los representantes de Lugansk y la propia Donetsk firmaron el tratado por el cual se unificaban ambos regiones bajo un mismo estado al que denominaron Novorossia o Nueva Rusia, y sería controlado por una especie de consejo formado por tres representantes de cada región. En esta reunión se indicó que estaban abiertos a que otras regiones del este de Ucrania se unieran a ellos. Días antes, Un partido proruso de Járkov convocó una manifestación en la que se reivindicaba la realización de un referéndum bajo las mismas premisas que el realizado en Lugansk y en Donetsk.


Dos días después se realizaron las elecciones presidenciales en Ucrania que dieron como ganador a Petró Poroshenko, uno de los hombres más ricos del país. Los colegios electorales no se abrieron en las regiones bajo control proruso, ocasionado que alrededor de 5 millones de personas no pudieran cumplir con su derecho a voto.
Soldados ucranianos en un colegio electoral durante las presidenciales.

Ese mismo día de las elecciones, milicianos prorusos de Donetsk iniciaron una de las batallas más cruentas de la contienda. Los líderes prorusos de la región consideraban de vital importancia controlar el aeropuerto internacional de la capital de la región para evitar que los dirigentes ucranianos lo utilizasen para suministrar armas a sus soldados. El día 27 amaneció con la posición controlada por los ucranianos y con más de 100 de personas muertas durante el enfrentamiento.


Al suceso del aeropuerto, se le añadieron ataques aéreos del ejército ucraniano contra las ciudades de Sloviansk y Kramatorsk, a los que los prorusos contestaron tomando la sede del Servicio de Seguridad Ucraniano en la ciudad de Donetsk, y derribando un avión no tripulado y un helicóptero de las fuerzas armadas ucranianas. Ataques que ocasionaron la muerte a casi 30 personas.


Ante lo cruento de los enfrentamientos, alrededor de 200 niños de diferentes localidades de la región de Donetsk se marcharon a Crimea y 38 personas, mujeres y niños, se refugiaron en Rusia. En Donetsk, miles de personas salieron a la calle pidiendo la marcha de las fuerzas militares ucranianas de la región y los trabajadores de las minas de Donetsk y Lugansk se negaron a trabajar hasta que el gobierno ucraniano declarase el fin de la guerra y reconociera al estado de Nueva Rusia.


La llegada de junio trajo consigo los bombardeos a otras ciudades de la región de Donetsk y a la ciudad de Lugansk. En ésta, se produjo un duro enfrentamiento tras el asalto por parte de milicianos prorusos de una posición clave para el ejército ucraniano en un suburbio de Lugansk. Las fuerzas aéreas ucranianos contestaron bombardeando la sede de la administración local de la citada ciudad, matando a cinco civiles entre los que se encontraba la ministra de sanidad de la República Popular de Lugansk. Distintos barrios de la ciudad continuaron siendo bombardeados los días posteriores dando como resultado la muerte de cuatro civiles. En la región de Donetsk, los militares ucranianos bombardearon varias localidades pequeñas, un campamento de milicianos de la ciudad de Sievierodonetsk y un hospital de Krasni Liman donde murieron 25 personas. Además, intensificaron el enfrentamiento por tierra donde la acción más representativa se produjo en el aeropuerto de Kramatorsk. Tras estas acciones el gobierno ucraniano anuncio que había acabo con la vida de 300 milicianos.


Por su parte los milicianos prorusos pudieron recuperar algunos puestos de entrada a diferentes ciudades de la región de Donetsk y derribaron varios helicópteros ucranianos.


Tras los fuertes ataques sufridos en las dos regiones independizadas, 8.386 refugiados llegaron a la región rusa de Rostov, limítrofe con ambas, durante la primera semana del mes. Durante los días 14 y 15 de Junio, cerca de 16.000 personas cruzaron la frontera provocando la declaración del estado de emergencia en la región rusa al no poder atender a la inmensa cantidad de ucranianos que estaba llegando.
Refugiados ucranianos en Rusia.

Los ataques continuaron hasta mediados de mes, dejando el desolador dato de 655 milicianos muertos en tan sólo una semana y uno de los sucesos más deplorables de la guerra sucedido en la ciudad de Schastie, donde soldados ucranianos dispararon a todos los ciudadanos que veían acabando con la vida de 100 de ellos. Suceso que fue reconocido por el gobierno de la República Popular de Lugansk pero en el que el gobierno ucraniano no se pronunció. La armada ucraniana registró la muerte de 7 militares en el trascurso de los ataques.


El día 18 de Junio casi 10.000 mineros recorrieron las principales vías de la ciudad de Donetsk, pidiendo la retirada de los soldados ucranianos y, tras congregarse en la plaza de Lenin, anunciaron que se levantarían en armas si el gobierno ucraniano no cesaba sus acciones en un máximo de dos días. Esta acción supuso que el nuevo presidente ucraniano, Poroshenko, declarara un alto el fuego durante una semana a la que, tras unas negociaciones entre los dirigentes de los dos bandos, se prolongó tres días más.
Manifestación de mineros en Donetsk.

La tregua que se desarrolló desde el día 20 al 30 del mes de junio se rompió tras múltiples ataques. Milicianos prorusos se enfrentaron a soldados ucranianos en la ciudad de Donetsk, donde estos últimos se acabaron rindiendo y entregando las armas a los milicianos de la República de Donetsk. El gobierno ucraniano, por su parte, atacó con armas químicas, principalmente fósforo, la ciudad de Sloviansk y la aldea de Semenivka, ocasionando graves quemaduras a los habitantes de ambas localidades.


Durante los meses de verano continuaron los duros enfrentamientos en las regiones independizadas. Las fuerzas gubernamentales iban controlando diferentes localidades durante el mes de julio mientras que las milicias rebeldes se iban replegando; durante el mes de agosto cambiaron las tornas, siendo los prorusos los que sumaron un mayor número de “victorias”, dejando al ejército ucraniano en una difícil posición. Gracias a los numerosos bombardeos, llegando en algunos momentos a usar fósforo blanco (arma prohibida por la convención de Ginebra) realizado por la armada gubernamental a ciudades y pequeñas localidades, 163 civiles perdieron la vida y más de mil resultaron heridos. La mayoría de estas bajas las sufrieron en la ciudad de Lugansk y alrededores donde se concentraron los principales ataques de la armada ucraniana.


Los milicianos sufrieron 230 muertes en su bando concentrados la mayoría en las primeras semanas de julio. El gobierno ucraniano declaró, el 4 de septiembre de 2014, que había sufrido en el total de la contienda 3881 bajas, de las que 837 eran muertos y 3044 heridos, sólo durante los meses de verano perdieron a 255 soldados. Además, más de mil ucranianos, o bien se unieron a las filas rebeldes, declarando que no iban a atacar a civiles, o fueron apresados por los milicianos.


El 17 de julio de 2014 se produjo el suceso que más impacto tuvo en los medios de comunicación de España. El vuelo comercial MH17 de Malaysia Airlines, con dirección a Kuala Lumpur desde Ámsterdam, fue derribado cuando sobrevolaba la región de Donetsk provocando la muerte de todos los integrantes, 298 personas. El gobierno ucraniano acuso a las fuerzas rebeldes y las fuerzas rebeldes a las ucranianas. Aún se desconozca quien perpetró este ataque.
 
Restos del avión de Malaysia Airlines.

Los dirigentes prorusos aludieron que no poseían la capacidad para derribar un avión que vuela a 10.000 metros de altura. Además, un periodista ruso saco a la luz unas declaraciones de un trabajador de la base aérea de Dnipropetrovsk, en las que afirmaba que ese avión se apareció en el lugar indebido en el momento más inoportuno. Obama, aliado ucraniano, declaró que había evidencias de que el ataque lo habían realizado los prorusos al contar con sistema de lanzamientos de misiles capaz de llegar a los 22.000 metros de altura en la localidad de Snizhné, a esto, añadieron que se habían visto a milicianos rebeldes saqueando los restos del avión.


Representantes del gobierno ucraniano y de las Repúblicas de Donetsk y Lugansk se reunieron en Minsk, capital de Bielorrusia, para firmar lo que se conoció como “Protocolo de Minsk", en el que se declaraba un cese de la violencia y una intención de intercambiar rehenes de ambos bandos. A pesar de lo pactado, se produjeron varios enfrentamientos en Donetsk, Mariúpol, Górlovka y Makiivka en los que murieron varios soldados ucranianos y otros tantos milicianos. Los líderes de las regiones denunciaron las malas condiciones en las que llegaron varios de sus rehenes, al estar malnutridos y con unas condiciones higiénicas nefastas.
Presidente ruso y ucraniano en la cumbre de Minsk.

Durante este mes se produjo una manifestación a la que acudieron alrededor de 30.000 personas realizada en Moscú, en las que se reivindicaba el “No a la guerra” y se denunciaban las políticas belicistas del presidente Putin. A pesar de esto, el líder ruso obtuvo el nivel máximo de popularidad de todo su mandato al alcanzar el 86 por ciento.


El día 1 de octubre, la armada ucraniana bombardeó la ciudad de Donetsk provocando la muerte de 26 personas y rompiendo consigo la tregua pactada.


Desde ese momento, hasta el 14 de febrero en el que se firma la segunda tregua de Minsk, continuaron los intensos combates. Durante el tiempo en el que esta tregua estuvo vigente, como había pasado con las anteriores, se produjeron enfrentamientos en puntos muy localizados de las fronteras de las regiones de Donetsk y Lugansk. Con la llegada de junio de 2015, estos pequeños combates cobraron su punto álgido rompiendo con la tregua definitivamente, manteniéndose los enfrentamientos hasta la actualidad.


La Guerra Civil en el Dombass continúa desarrollándose en la actualidad, habiéndonos dejado ya las terribles cifras de 6.500 civiles muertos, entre 1.200 y 2.400 soldados ucranianos muertos, según el Gobierno, o 12.000 según las Repúblicas Populares, y entre 2.000 y 3.000 milicianos muertos. Mientras Rusia y Estados Unidos se pelean entre bambalinas, los medios de comunicación ignoran el conflicto y los gobiernos de Ucrania y de las regiones independizadas siguen enrocados en sus posiciones belicistas. muchos ciudadanos viven bajo la permanente amenaza del fuego de mortero y de las balas de los que hasta hace dos años eran sus compatriotas.