lunes, 25 de abril de 2016

Andalucía y los Recortes

Hace algunos meses acompañé a un amigo a una oficina del Servicio Andaluz de Empleo para que se inscribiese en el registro de demandantes de trabajo. Llegamos con unos 45 minutos de antelación con respecto a la hora prevista en la cita, por simple precaución. Supongo que a algunos de los que leáis estas líneas, os habrá venido a la mente la idea de que tuvieron que ser los minutos más aburridos de mi vida y, aunque no os quedáis lejos, si puedo decir que me lo tome como si de una obra teatral se tratase. Sí, una representación satírica con una carga importante de tópicos sobre la ineficiencia, inutilidad y cara dura de los funcionarios públicos. Características que pudimos comprobar en el hecho de que, en el tiempo que estuvimos delante de los 9 personajes principales, no atendieron a nadie, se quedaron delante de sus respectivos ordenadores - ¿jugando al buscaminas? No lo descartaría- hablando con la hija por el teléfono móvil, charlando alegremente con el compañero de la mesa de al lado de lo buenísimo que fue el programa de “El Hormiguero” de la noche anterior, o saliendo de escena, en intervalos de entre 5 y 10 minutos, sin motivo aparente - ¿Tendría diarrea? No lo descartaría tampoco-.


Por esta situación, y otras muchas que cualquiera puede presenciar si se acerca a un organismo público, me saltan innumerables dudas con respecto a los tan cuestionados recortes, siendo incrementadas, más si cabe, tras escuchar a la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, decir al Ministro de Hacienda que se negaba a hacer más ajustes en sanidad y en educación. ¿Por qué siempre en sanidad y en educación? ¿Son estos servicios los únicos ineficientes y sobre costeados? O por el contrario ¿Todos los demás servicios están tan recortados que la única alternativa es hacerlos en la sanidad y en la educación?

Como soy un tipo curioso y con una cierta cantidad de tiempo libre, me surge la necesidad de contestar a las preguntas antes mencionadas. Para ello, me he dirigido al único sitio donde puedo obtener los datos necesarios para realizar tamaña proeza, los presupuestos de la Junta de Andalucía. Como nuestros inseparables amigos los recortes comenzaron a ser un problema para la opinión pública con la llegada del PP al gobierno de España, he revisado los presupuestos para los años 2012, 2013, 2014 y 2015 de la Junta de Andalucía. Comparación que me servirá para comprobar en qué grado se ha recortado en los programas y servicios expuestos en los presupuestos autonómicos. 

Los presupuestos están divididos en las distintas instituciones que forman la Junta de Andalucía: las consejerías, el instituto de la mujer o de la juventud, el servicio de empleo o de salud, etc. En cada uno de estas subdivisiones o apartados se catalogan todos los programas o políticas públicas que dependen de cada consejería o institución.

Sólo hace falta darle un simple repaso para comprobar que los presupuestos están realizados por políticos españoles – o funcionarios mandados por políticos españoles que viene a ser lo mismo-. Demuestran una gran habilidad para repartir el dinero pero muestran una inoperancia manifiesta a la hora de explicar cada política pública sin caer en las vaguedades y frases hechas de las que hacen gala cada vez que abren la boca. Por ejemplo “a través del Programa 31B "Plan sobre Drogodependencias" se desarrollan aquellas actuaciones encaminadas a la reducción del consumo de drogas y otras adicciones y de los riesgos que para la salud se derivan de dicho consumo, estableciendo como objetivos estratégicos el adaptar la red de atención a las drogodependencias a las demandas emergentes…” ¿Qué actuaciones? ¿Cuáles son esas redes de atención? ¿Cuáles son esas demandas emergentes? ¿Cómo se van a desembolsar la cantidad presupuestada? ¿Quién lo va a recibir?... Teniendo en cuenta que este programa recibió 32.430.242 euros en el años 2015, espero y confío en que sepan a donde han mandado tal cantidad de dinero y que el programa haya funcionado porque, como ya hemos comprobado en multitud de ocasiones, todas las iniciativas políticas en nuestro país cumplen con lo presupuestado, llegan a su destino en el tiempo establecido y los destinatarios de dicho programa disfrutan de todas las condiciones prometidas desde el primer momento… o no.

Después de hacer esta pequeña explicación de cómo son los presupuestos que, aunque entrañan una cierta problemática, no deja de ser algo anecdótico si todos lo demás se hiciera como es debido, vamos a comenzar con lo realmente importante.

Sí, se ha recortado en sanidad y educación… y mucho. El gobierno de la Junta de Andalucía, de motu proprio – porque son sus competencias y nadie les puede “obligar” a recortar si ellos no quieren, como demostró Susana Díaz en sus declaraciones de hace unos días- pasó de invertir 8.601.566.000 euros en el Servicio Andaluz de Salud a 7.692.639.334 euros en el 2013, manteniéndose la inversión en ese nivel los dos años siguientes. Otro ejemplo del recorte en sanidad, lo podemos apreciar en lo destinado al programa de Atención Sanitaria: de 621.655.260 euros en 2012 a 532.926.745 euros en 2013 para finalizar en el 2015 con 462.322.208 euros destinados a este servicio.



Los recortes en educación no han sido tan cuantiosos como los mencionados anteriormente, se recortó cerca de 200 millones de euros en los años 2013 y 2014 con respecto al presupuesto total disponible para la Consejería de Educación en 2012, pero si son remarcables si nos fijamos en los presupuestado para los programas concretos. Se destinó a la educación infantil y primaria 1.952.903.965 euros en el año 2012 para pasar a 1.848.263.632 euros en 2013, cerca de 100 millones de recorte; La educación secundaria recibió una inversión de 2.634.387.434 euros en el año 2012 para pasar a recibir 2.355.742.797 euros en el año 2015, una reducción de 300 millones para la educación durante los años de gobierno de Susana Díaz; Las universidades, por su parte, sufrieron una reducción de presupuesto de unos 200 millones de euros del año 2012 al 2013, manteniéndose en ese nivel los años siguientes.

No, ni la sanidad ni la educación están sobre costeados. El problema de estos servicios públicos en España, y en concreto en Andalucía, no radica en cuanto gasto se haga sino como se administra dicha inversión. No se ha aprovechado la oportunidad para hacer del Servicio Andaluz de Salud más pequeño, eliminando altos cargos y demás puestos políticos superfluos, pero más eficiente, sino que se ha recortado en todo aquello que reciben los ciudadanos directamente, dejando el servicio en un estado más precario e hipertrofiado que en el que se encontraba antes de la llegada de los recortes. La educación sigue el mismo razonamiento que la sanidad, no se ha aprovechado la oportunidad para modernizar y optimizar la educación de los alumnos andaluces, sino que se ha recortado para mantener todo aquel gasto superfluo y prescindible. 

Lo peor del asunto no es que se haya recortado en servicios básicos, que ya de por sí es realmente malo, si no que no ha servido para absolutamente nada. La intención principal de realizar dicha actuación es conseguir una reducción de la deuda y ajustar el déficit a las exigencias europeas, cosa que no sólo no se ha producido sino que el objetivo de déficit no se ha cumplido y la deuda ha crecido más que nunca. La deuda pública de la Junta de Andalucía creció desde el año 1994 hasta 2008 unos 4.000 millones de euros, desde el año 2012 hasta el 2015 creció en unos 10.000 millones de euros. El objetivo de déficit para el año 2015 se situaba en el -0.7% del PIB y hemos finalizado el año con el -1.13%.



¿Por qué nos encontramos con esta paupérrima situación cuando se ha recortado tanto en sanidad y educación? Por varios motivos, el principal lo encontramos en el hecho de que la Unión Europea deja que España se endeude sin demasiadas exigencias, al situar el tipo de interés de la deuda cercano al 0% - los españoles de a pie pagamos un interés por créditos al consumo de un 9% y por los créditos hipotecarios de entre el 2% y el 3%- y el Estado, a su vez, permite a las Comunidades Autónomas acudir al Fondo de Liquidez Autonómica con unas exigencias tales, que basta con que se haga unas declaraciones públicas para saltárselos a la torera – sólo hay que imaginarse una barra libre en la que en vez de dar “cubatas” se reparte deuda para entender lo sucedido-. Situación, claro está, que ha aprovechado el gobierno autonómico del PSOE para invertir en todo aquello que le dé un redito electoral o mantenga el estatus de muchos amigos políticos, utilizando los recortes en sanidad y educación como un arma arrojadiza para minar la imagen pública del rival y situando al gobierno central como único responsable de tales actuaciones.

No, los demás servicios y programas no están tan recortados que no se puede hacer más con ellos, al contrario, muchos de ellos han mantenido la inversión o han recibido un aumento presupuestario.
   
Con la llegada del 2013 la Junta de Andalucía comenzó una vaga racionalización de las consejerías que formaban la institución, pasando de 13 Consejerías en el 2012 a 11 en el año 2014. Una medida que, estando pensada para suponer un ahorro en la administración, no ha conseguido dicho fin al mantener el grueso del gasto del personal y de los principales programas en la mencionada fusión de consejerías. Por ejemplo, la Consejería para la Igualdad y el Bienestar Social, pensada exclusivamente para mantener y desarrollar el programa de Dependencia -1.200 millones de inversión en 2012-, traspaso la totalidad de su gasto a la Consejería de Salud en el año 2013, pasando de tener una inversión que rondaba los 800 millones a los casi 2.400 millones que tuvo ese año y que se han mantenido hasta la actualidad. A esto, hay que añadir el hecho de que al fusionar consejerías se ha respetado la estructura organizativa de cada una, haciendo que, por ejemplo, La Consejería de Educación pasase de 7 órganos directivos – cargos políticos no profesionales – a 15 con la unión a esta de las consejerías de cultura y deporte. Otro ejemplo de esto lo encontramos en la Consejería de Economía, Innovación y Ciencia que, al sumársele la de Empleo, pasó de 13 órganos directivos a 15 y de 7 entidades instrumentales a 11 – entre las que podemos encontrar la Agencia Andaluza del Conocimiento, el Instituto de Prevención de Riesgos Laborales o, claro está, el Servicio Andaluz de Empleo-.

Ha sido interesante ver cuáles han sido los programas prioritarios para la Junta de Andalucía durante estos cuatros años de recortes. Empezando por la Consejería de Presidencia, el programa de Comunicación Social, dar a conocer a la sociedad la labor de la Junta, recibió 130.607.446 euros en el año 2012, para pasar a 151.401.073 euros en el año 2013 y quedarse en torno a los 146.500.000 durante los dos años siguientes. Dentro de esta consejería, el gasto en personal se multiplico por 2, pasando de costar a las arcas públicas 25.143.935 euros en el año 2012 a superar los 50 millones durante los tres años siguientes. Teniendo en cuenta que las principales funciones de esta Consejería es coordinar la comunicación de la Junta y ofrecer asesoramiento jurídico al titular de la presidencia andaluza, costándonos en torno a los 913 millones de euros los 4 años analizados, hubiera sido una buena idea empezar a recortar por aquí, cosa que no se hizo.

Mientras que el Gobierno del PSOE recortaba entorno a los 20 millones en la Administración de Justicia, aumentaba en 10 millones la inversión en la Cooperación Económica y Coordinación con las Instituciones Locales. Aunque, para el pasado año, invirtieron 471.677.679 euros en infraestructuras y servicios de transporte, 60 millones más que en 2012, los tranvías de algunas ciudades andaluzas siguen sin llegar tras años de retrasos. En el año 2015, cuando Andalucía se situaba a la cabeza de las ejecuciones hipotecarias con casi 5000 en sólo tres meses, el Consejero de Fomento y Vivienda hacía amagues de cancelar las ayudas para la recolocación de las personas desahuciadas estando presupuestados 192 millones para el programa de “vivienda y rehabilitación”, 90 millones más que en 2012.



Los gobernantes de la Junta de Andalucía, como buenos socialistas, llevan el ecologismo en la sangre, por ello, invirtieron más de 300 millones en el programa “Actuación en Materia de Agua”, buscando con ello un uso sostenible, eficiente y responsable de la misma, así como prevenir posibles inundaciones – en estos último cuatro años se han producido numerosas incidencias a causa de problemas en materia de agua en las provincias de Granada, Málaga, Almería o Jaén -. Acompañando a este programa, se ha presupuestado en torno a 260 millones para el programa de “Gasto en Medio Natural” cada año de los analizados y en torno a los 20 millones destinados a prevenir el cambio climático, llegando a alcanzar los 42 millones de inversión en 2013 y casi 81 millones de euros en el 2012.

Si hay alguna industria en Andalucía que no necesita de intervención pública para sostenerse es, sin duda, el turismo. Gracias a nuestra buena suerte, las playas, las montañas o los monumentos ya estaban en su lugar cuando llegaron los socialistas, generando el reclamo perfecto para que miles de turistas hayan ido llegando a lo largo de los años y posibilitando que cientos de hoteles y negocios, de toda índole, se hayan ido desarrollando a partir de la creciente demanda. Por este motivo, la Junta ha invertido, según apuntan los presupuestos, 468 millones de euros durante los 4 años de "recortes" en todos aquellos programas relacionados con el turismo. 65 millones en el programa “Promoción Comercial”, 296 millones para “Promoción, Calidad e Innovación Turística” o 105 millones destinados a fomentar el turismo – los cifras hacen referencia al total de los 4 años -. 



Si por algo se caracteriza los casi 40 años de gobierno socialista en Andalucía, ha sido por la creación de una Junta paralela cargada de observatorios, institutos, asociaciones, consejos, fundaciones… Con la misión principal de hacer las veces de agencia de colocación de políticos profesionales ya que, claro está, sino se les ubica en un puesto del que poder succionar el dinero de los impuestos de los andaluces, ¿de que van a vivir? Entre las casi 60 organizaciones que forman la Junta de Andalucía paralela, podemos encontrar: “Fundación Tres Culturas del Mediterráneo”, “Comisión Interdepartamental para la Cultura Emprendedora”, “Andalucía Emprende, Fundación Pública Andaluza”, la “Agencia de Defensa de la Competencia”, Centro Andaluz de Documentación del Flamenco” o, el imprescindible, “Consejo Andaluz del Taxi”. Como no podría ser de otra manera, no aparece detallado cuanto del presupuesto se lleva cada observatorio o fundación, sólo aparece las que la Junta considera más relevantes. El Instituto de la mujer se llevó 40.558.417 euros en el 2015, el Instituto de la Juventud cerca de 20 millones, en el Instituto de Estadística y Cartograía se invirtió 11 millones de euros y en el Instituto de Prevención de Riesgos Laborales 6 millones.

 
Continuando con el derroche de dinero público, porque con dos párrafos no es suficiente, hay que hacer mención especial a los 1.314.646.875 euros que la Junta de Andalucía invirtió en subvenciones, formación, orientación y fomento de empleo en el año 2012, de los cuales 1.059.438.465 euros fueron a parar al Servicio Andaluz de Empleo, el mismo servicio útil del que os hablaba al principio. Inversión que posibilitó que Andalucía se situase a la cabeza de España en porcentaje de paro, al encontrarse en el IV trimestre del 2012 con el 35,7% - 34,3% en hombres y 37,5% en mujeres-. Es curioso que, reduciendo la inversión a más de la mitad, en torno a los 300 millones para los tres años posteriores, el paro haya ido reduciéndose cada trimestre hasta situarse en el 29,8% en el IV trimestre de 2015, casi 6 puntos menos.

Mucha gente en Andalucía piensa que el PSOE continúa presidiendo la Junta de Andalucía, pese a la paupérrima situación en la que nos encontramos, gracias a ser el único partido político que defiende el Fondo de Garantía Agraria tal y como se encuentra en la actualidad. Los propios dirigentes socialistas deben pensar lo mismo, al no haberse alterado la inversión en este fondo durante los años de los recortes en sanidad y educación. Para el año 2012 presupuestaron 1.502.530.261 euros, en los dos años siguientes congelaron la inversión,  para aumentarla hasta los 1.610.325.000 euros en el año 2015. Los políticos socialistas saben que su garantía para perpetuarse en el poder hasta el infinito se encuentra en las zonas rurales de la Comunidad, y, por ello, con la llegada del reciente año electoral, decidió invertir cerca de 655 millones en apoyo al sector agrícola y ganadero en tan sólo dos años, llegando a superar los 2.000 millones de euros el apoyo al campo andaluz.




Aun teniendo toda esta información, y mucha más, a tan sólo unos cuantos “clics” de distancia, el pueblo se ha convertido en uno simple vocero de todas aquellas ideas vacías que permiten a los únicos responsables de la decadente situación española perpetuarse eternamente en sus cómodos sillones de cuero. Los políticos nos han inyectado la idea de que los recortes, a través del práctico eslogan, “el austericidio”, son un mal impuesto por el demonio alemán que ha robado nuestra soberanía nacional. Con el único fin de que aborrezcamos la única arma capaz de eliminar al enemigo que ha corrompido el alma de nuestro sistema democrático, convirtiéndolo en el sustento de los tontos de nuestra sociedad metidos a salvadores de la patria. ¡Despertad!